Clases de Piano
La música es inherente al ser humano. Desde antes de nacer, ya escuchamos y sentimos los sonidos orgánicos de la madre, su voz y los sonidos del mundo exterior. Cuando decidimos nacer, lo hacemos con el llanto y a partir de aquel momento estamos rodeados para siempre de música. El ritmo lo sentimos con nuestra respiración y los latidos de nuestro corazón. El mundo despliega todo un abanico de sinfonías que nos acompañan constantemente.
Partiendo del ser humano musical en sí mismo, la pedagogía de la música se convierte en un camino no solamente musical, sino personal en todas sus dimensiones sociales, emocionales, físicas y espirituales.
Las clases se ofrecen también para aquellos estudiantes de piano que quieren perfeccionar su técnica o conocer el instrumento de otra manera, extendiendo su visión más allá del mero campo profesional. También como extensión de nuestro propio cuerpo, trabajando los centros energéticos y conectando con la Tierra y el Cielo, lo cual nos permite liberar tensiones en el momento de interpretar y conseguir un sonido más redondo, más potente y a la vez más dulce.
Las sesiones o clases de piano siempre se acompañan de una previa consciencia corporal y un trabajo minucioso del toque pianístico, ya que nuestro cuerpo vibra primero antes de producir cualquier sonido con el instrumento.
La música, y en este caso el trabajo con el piano, puede no solo ser un entretenimiento sino un camino hacia el crecimiento personal e individual, adquiriendo autoconfianza, desarrollando el hecho de escucharse a uno mismo, además de poder realizarlo juntamente con otras personas, aumentando la propia autoestima.
Partiendo del ser humano musical en sí mismo, la pedagogía de la música se convierte en un camino no solamente musical, sino personal en todas sus dimensiones sociales, emocionales, físicas y espirituales.
Las clases se ofrecen también para aquellos estudiantes de piano que quieren perfeccionar su técnica o conocer el instrumento de otra manera, extendiendo su visión más allá del mero campo profesional. También como extensión de nuestro propio cuerpo, trabajando los centros energéticos y conectando con la Tierra y el Cielo, lo cual nos permite liberar tensiones en el momento de interpretar y conseguir un sonido más redondo, más potente y a la vez más dulce.
Las sesiones o clases de piano siempre se acompañan de una previa consciencia corporal y un trabajo minucioso del toque pianístico, ya que nuestro cuerpo vibra primero antes de producir cualquier sonido con el instrumento.
La música, y en este caso el trabajo con el piano, puede no solo ser un entretenimiento sino un camino hacia el crecimiento personal e individual, adquiriendo autoconfianza, desarrollando el hecho de escucharse a uno mismo, además de poder realizarlo juntamente con otras personas, aumentando la propia autoestima.